(...del libro BIOGRAFIA DEL AMOR INMENSO)
Amaneció un suave sol de otoño
invitándonos a leer sobre el paisaje
milenario de piedras y sabios.
Ésa cálida mañana lloraban
todas las golondrinas
antes de partir para comenzar otra vida.
La pasión nos dejó exhaustos
y no pudimos advertir sus trinos.
Caminamos juntos, casi en silencio
y en paz con nosotros mismos,
mirándonos por dentro,
desde cerca, sobre nuestros abismos,
madurando la vida hasta su punto exacto.
Cuando llegué a la segunda página
de nuestro relato, lo comprendí enseguida:
habíamos encontrado el amor
bajo la historia de sus callejas retorcidas,
los mil y un cuentos encantados
de tantos siglos y gloria
como venturas colgaban
de sus patios sosegados,
los balcones, la noche y la memoria.
¡Cuanta locura y frenesí!
Se nos mezclaron los sabores
que llevábamos para sorprendernos
y los alquimistas del amor nos regalaron
un perfume con notas de jazmines y besos,
lentamente destilados en su fuego.
Hoy he mirado a mi alrededor
y sólo hallé mi sombra sobre las aceras.
Ya no estabas a mi lado
y entonces supe, ciertamente
que te habías colado en mi vida,
justo, por el único hueco descuidado
y que me faltas para vivir,
que me ahogo sin tu presencia
y que... ya no puedo seguir.
.