Sobre la locuacidad

...cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que tu silencio.

20 de noviembre de 2014

¡¡TIEMPO !!.. nunca falta ni sobra




Puedes escribirme lo que quieras.
Siento que seas tú quien que no tengas tiempo para hacerlo, pero no importa...eso es lo que nos sobra: tiempo.
¿No te das cuenta?.
El tiempo es tan subjetivo...mide lo que una mirada al fondo de otra mirada y pesa lo que un suspiro descuidado entre los besos. 
El tiempo es el aliado más lúcido que podemos encontrar en la vida. 
Nunca falta y siempre está a nuestro lado hasta el fin de los días.
Nunca sobra y siempre se queda esperando para rellenar nuestra copa.
El tiempo es dueño de la felicidad y dura lo que ella quiera durar, como el albedrío. 
El tiempo solo necesita mimos y que nos aprovechemos de él para sacarle todo el jugo que contiene.
El tiempo es tal sutil que se posa en nosotros y ni siquiera lo advertimos.
Tiene la capacidad de avergonzarnos sin levantar la voz, de arrugarnos la faz, de ponernos a la altura que merecemos, sin hacer ruido.
Si pudiéramos comprender sin prejuicios el tiempo, nos daríamos cuenta rápidamente que es tan maravillosa su complicidad como la ventura que nos hace libres...agradecidos por cobijarnos entre sus brazos y por señalar sobre nuestra piel las líneas por donde la sabiduría escribe sus victorias y los fracasos de toda una vida.

Gracias, tiempo, por todo lo que me has dado.
Manuel Silván-20/11/2014
                                     






                                     

16 de noviembre de 2014

Cuéntame para soñar

(Acróstico)
Dedicado a Pilar Ruiz Vizcaya




Como nervio roto por la impaciencia

Unto mis cueros con tu sudor
Encantado por los besos que me brindas.
Nadie sabe a conciencia
Tanta sabiduría como tu amor.
Altas horas de luminosas alboradas 
Me cubren las ideas con su paciencia
Esperando tus abrazos en flor.

Para decirte que te quiero

Ando buscando palabras exactas,
Rumores de mi conciencia aletargada
Apenas soñolientas e intactas.

Sobran los silencios espaciados

O quizás, sobran las voces exageradas,
Ñoñas ternuras compactas,
Amores muertos y enterrados,
Roncando sueños de aguas pasadas.


Manuel Silván (15/11/2014)



4 de noviembre de 2014

Amar es siempre todavia



No se puede amar sin complicarse la vida. Se necesita mucha fuerza para superar el desafío.
       
Son tan intensas y descabelladas las aventuras que se viven a galope del amor que resulta casi imposible salir indemne del lance.
       
Demasiadas veces abandonamos la corriente deliciosa que nos ofrece el río de la vida para instalarnos en la comodidad de lo predecible, de lo superficial, del fútil movimiento de los visillos que adornan nuestras alcobas de siempre.
Demasiadas veces huimos espantados de tantas maravillas que nos brinda el amor con toda su osadía y también demasiadas veces calculamos desastrosamente las consecuencias de nuestra cobardía.

Bien que nos valen las excusas más desocupadas para salir corriendo con el rabo entre las piernas, mirando hacia atrás empequeñecidos, buscando el refugio complaciente del olvido, aun sabiendo que jamás podremos olvidar sin que nos atormente nuestra flaqueza.

No se puede amar sin complicarse la vida.

El amor está al alcance de todos, lo tenemos siempre a mano pero hace falta mucho valor para vivirlo a plenitud perpetua. 
El amor está hecho para los locos, para quienes ya lo están y para quienes están dispuestos a vivir amando sin fisuras.
No existe el amor a medias. 
O se ama o se engaña, no hay otra. 
Casi siempre se termina engañándose uno a sí mismo y pretendiendo engañar a su pareja. Las consecuencias son lógicas: todo se viene abajo al menor atisbo de niebla y deja un rastro de cristales rotos difícilmente recomponible.

Cuando se juega al amor hay que tener mucho cuidado porque demasiadas veces, este se instala en nuestros corazones y sólo es capaz de salir a la fuerza, sangrando las heridas que deja tras de sí como un reguero de dignidad ultrajada.

El amor es un regalo de los dioses que no debemos desdeñar, es más, estamos obligados a buscarlo y disfrutarlo con tota la fuerza de nuestra vida, no podemos renunciar a él.
Nadie puede negarse a vivir amando, aunque tenga que renunciar a muchas cosas que llevamos en nuestro equipaje... a cosas y personas que nos lastran e impiden la más venturosa de las dichas, la de vivir el amor inmenso. Hay cosas que subsistirán sin nuestra intervención, otras se pudrirán solas y caerán del árbol sin esfuerzo alguno, la más ni siquiera notarán nuestra ausencia. 

No se puede amar sin complicarse la vida, pero merece la pena.
Siempre merece la pena hasta la muerte. 
Amar es siempre todavía.



Manuel Silván

Acróstico de DIANA