Sobre la locuacidad

...cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que tu silencio.

3 de junio de 2015

Una molesta fisura en el ánimo


...hace una mañana de gris aburrido
que tumba cualquier atisbo de emoción a raudales.

...hasta los vientos del despabilo se han escondido
tras los brazos cruzados
mientras me preocupo de sacar los pies de la cama.

...suena en la radio la monocorde cantinela
de los políticos defraudadores
prometiendo que ellos no han sido
y que no lo volverán a hacer más.

...pasa bajo mi balcón un despistado trasnochador
buscando a gritos por soleares
el escalón perdido de su regreso a casa.

...las predicciones meteorológicas
prometen una jornada soleada y calurosa
mientras pienso si acaso habré despertado
en cualquier otro día de mi existencia.

...nada concuerda con la realidad palpable
que se le supone a los asuntos cotidianos.

...el cartero lleva media hora tocando
todos los pulsadores del portero automático
y nadie le echa cuenta
porque nadie espera carta
que no sea del banco o propaganda furibunda.

...el fregadero está repleto de recipientes vacíos
esperando un lustre que se resiste
y las hormigas están acabando
con todos los rastros
que se desparramaron anoche
como si fuera la última cosa que deberían hacer.

Menos mal que tengo la suerte de saber
que pronto acudiré a la cita
con mi esperanza habitable,
la que tensa las sábanas de mi catre,
la que me refugia entre sus brazos,
la que  me abre las puertas del albedrío
sin pedirme, primero,
que le enseñe la patita por debajo del resquicio.

Me imagino que la gama de colores
reflejados en mis ojos
también se dispondrán debidamente
sobre la paleta gentil de los inventos
y que ahora, seguramente,
todos los candiles del horizonte
lucirán sus mejores galas para recibirme.

Espero que durante el camino
hasta los sueños con posibilidades
se restaure la triste amanecida
con la que empecé a vivir hoy
y que ya dejo por detrás,
para que así el resto de la humanidad
pueda disfrutar un poco de la alegría
que nos corresponde por derecho
y que casi me cargo   
con la infección de mis percepciones.

No pasa nada, 
es tan solo una fisura en mi ánimo.
  

Manuel Silván
30/5/2015