Sobre la locuacidad

...cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que tu silencio.

28 de diciembre de 2009

....UN POQUITO DE GUASA




                     ¡¡ GENIAL !!

                       ENLACE  RECOMENDADO

                            http://www.youtube.com/watch?v=7BC1zlpdCQU

                 ... Este tipo de cosas le dá sentido a la vida y un color especial.

16 de noviembre de 2009

TE AMO

Cuando sientas que la brisa ha dejado de refrescar tu cara, deberias escuchar un poema de amor y quizás entonces vuelvas a la vida.

Haz doble click sobre el titulo (TE AMO) y sopréndete.

http://www.youtube.com/watch?v=-85G68oMZaMda.

BODAS DE PLATA

BODAS DE PLATA
( Cancion de amor para media vida)


Para decirte que te quiero y que tengo henchida el alma, se me declaran en huelga los versos y las palabras.

Para decirte que te quiero, el alfabeto se desmanda.

Para decirte que te quiero, sé que no tengo otra esperanza que tomar tu mano entre las mías y besar, tenue, su palma.

Por eso quiero, amada, empezar caminando sobre los recuerdos primeros de nuestra juventud enamorada para, de nuevo, poderte regalar algunos versos íntimos y sinceros, y que lo prendas en nuestra almohada.


En cierta ocasión me dijiste:
                                “Para ti he inventado éste atardecer.”
Había tantos balcones en tus ojos, tanta luz en tu mirada, tanta caricia en tu tacto... como silencio en tu silencio.
Yo te respondí:
                                 “Te voy a regalar una estrella,
                                   para que hagas con ella
                                   cintas para tu pelo”.

Poco después iluminó el cielo una estrella, hasta el amanecer.

Un amanecer para nosotros solos, para ti y para mí, como si no hubiera nadie más sobre la tierra... Y de repente supe que era cierto, que tú habías hecho ponerse el sol y sacar la luna de paseo y que el mundo era solo tuyo y mío.

Desde entonces todas las noches nuestra estrella brilla para nosotros
......(every night our star, shine for us).



Hoy mi corazón no tiene dueño
y de rubor, a galope palpita.
De rosa a inmaculada, mi luz bendita,
de alondra a luna, de jazmín a sueño.
Déjame estar en tu temblor pequeño
que mi temblor, amor, lo necesita.


Amada esposa, ésta carta es mi canción para ti.
La escribo a ritmo de homenaje imperecedero.
Tú la puedes escuchar mirando tus ojos en el espejo, en el espejo más allá de tus ojos, en la luz que reflejan todas las cosas que has visto, que ves, que te rodean o que ya no están.

La escribo sólo para ti.
Para que sepas que todo es tuyo en nuestro hogar:...el maternal rocío de tus pies cuando llegas, la curva de tus manos mimando mis pensamientos, la vajilla donde sirves la infancia de cada Nochebuena, el flan con la espiral de tus temblores, mis cuadros de tantas alegrías sostenidas.....

No te olvides de calentar la casa cuando llegue el invierno, ni de plantar los prismas de la primavera; puedes seguir soñando por las tardes con los hijos que vuelven a la mesa que caldea los pies para la vida.

Ya habrás notado que es tu casa de siempre, que sigue apuntalada de esperanza, que la alegría es tuya a propiedad perpetua, que eres tú, que sólo tú sabes abrir nuestros corazones cada mañana.

Ya he aprendido que la felicidad es extraña siempre y que no se parece en nada a la que nos enseñaron de memoria y que los recuerdos se escriben con el tiempo sobre los montes de la luna y que allí se siembran las ilusiones que sólo se reflejan en el alma enamorada.

Me regalaste un racimo de ventipíco años juntos, con un cierto dulzón sabor a poco y tres vidas nuevas que han florecido a nuestro compás.

Como desde tu vientre hasta la cuna, te quise mucho en el dolor, el tuyo de antes y el nuestro de ahora.


Ellos juntos me colmaron la alegría
cuando crecía en soledad la luna
y el otoño vareaba la aceituna
del olivo que de mí nacía.

Hubo una vez en ti cuatro corazones.
pero como me los diste, no dispones
más que del mío, en sombra y no te vale.
O si te vale, mírale la llama,
bendita sea, Dios, la triple rama
que al tronco del amor más puro sale.


Como casi siempre, solos tú y yo por las avenidas de la dicha, como dos forasteros. Como dos extasiados con la alegría a cuestas que invadieran el cielo y la monotonía.
Solos tú y yo, como a dos velas.
Como un ciclo cerrado.
Como un par de zapatos que aprendieran su oficio de no saberse nada de memoria.

No nos han enseñado otra cosa que vivir y se nos pasa el tiempo como un recuerdo más, como si no tuviéramos otro pasa-rato que el de sacar olvidos y decorar con ellos la casa para hacerla más grata.

Estamos a mitad de camino. Aún debemos pagarnos tantos favores como puntas de lápices hemos partido hasta aprendernos la vida de carretilla.

A mí se me ocurre un chiste para mirar tu cara cubierta de sonrisas y tú me cuentas otro... y a sí pasaremos los años como en la edad del pavo, mordiéndonos las uñas y explicándole a los niños, la vida... discutiendo sobre a quien de ellos dejaremos en herencia nuestro anillo de boda y la paciencia.


Esto ya es cosa nuestra, esposa,
tan sólo tuya y mía.
Los dos, a cintarazos de alegría,
daremos, sí sombra, luz; sí estiércol rosa.

Puesto que somos dos, es cosa, esposa,
de los dos. Hombro a hombro. Tú confía
en Dios y en mí. Yo en Dios y en ti. Sí al día
sigue la noche, duerme en mí. Reposa.

Reposa en mí, mi amada, tu cabeza.
Encuentre en mi rudeza caminante
lo que la mía en tu delicadeza.

Hombro con hombro, amor, es lo importante.
que para desterrar la tristeza
nos queda mucha vida por delante.



                                                                                                                                                       Bodas de Plata (Septiembre,  2007)
                                                                                         del libro  CANCIONES DE AMOR  PARA MEDIA VIDA
                                                                                                                                             Editorial CREACIONES DEL CONQUERO
                                                                                                                                                                                              Huelva




15 de septiembre de 2009

ACRÓSTICO


... a Maria Jose Diaz Cabrerizo



Mirábase la luna entera en su bóveda
Acicalandose el pelo tornasol claro,
Reflejada en tus ojos color albamarina
Inventábase historias divinas
Amaneciendo la luz sobre los llanos.


Jugaba con tu sonrisa para envidiarnos
Olvidando la vergüenza tras las cortinas
Sabiendo que la danza de tus manos
Embelesados en su fulgor nos tenía.

14 de septiembre de 2009

SONETOS PRELIMINARES PARA INVOCAR A LAS MUSAS


(I)



Sobre ésta impúdica encinta de ojeras,
un teorema de lápiz jubiloso
viene a desvelar, predilecto y fogoso
un acopio discreto de cremalleras

y con los pies alquilados de aceras
se dispone, sobre el lecho pudoroso,
a destruir el mito silencioso
de mentes cenicientas de calaveras.



La cama, insatisfecha de mil encantos,
abre la maleta olorosa del vigor,
profeta prematuro y aleteante,

y en las bisagras nocturnas de espantos
voy a burlarme con los goces del amor
para desnudar al buitre del instante.

(II)



No me domina la pícara dulzura
ni las barbas pintorescas del egoísmo,
sobre el auxilio del viento sin montura
pliega su voz ignominado el cinismo.
(...el estiercol sensual de melotrón)



Busco un cálido desnudo imposible
escapado del control de la neblina.
El final de la historia lo culmina
un billete de burbujas asequibles.
(...y la esfinge amortecida del matón)



Entretanto, TALIA, musa venerada,
inyectará un acopio de recetas.
ERÁTO, CLÍO,TERSÍCORE y URÁNIA
ablandan los planetas de la almohada,



contubernio de flores y grietas
que calmarán CALÍOPE y POLYMNIA.
EUTERPES y MELPOMENE, indignadas
aclararán las incógnitas de los poetas.

30 de junio de 2009

CERRADO POR AUSENCIA



Se acabó, me marcho,
hasta mis trastos dejo
y cierro para siempre.

Cierro por ausencia total
porque no queda nada
sobre los anaqueles,
ni siquiera algún rastro
de la memoria ni las miradas.

No dejo absolutamente nada
salvo el polvo acumulado
sobre mi existencia.

Voy a tomar por última vez
el vetusto tren de ida
y borraré para siempre
todo vestigio de mis pasos.

Cierro por vacío absoluto,
por indolencia y a perpetuidad.
Cierro porque mis manos
ya no sujetan altares
ni anhelos, esperanzas o sueños,
que ni de ellos me queda algo.

Quiero clavar mi cabeza
en la yerma tierra de éste desierto
y arañarla en profundidad
hasta llegar al centro del infinito.

Me voy desesperado,
por ausencia de todo sentimiento,
las cosas, los besos, el tiempo,
los misterios, la grandeza y el miedo.

Marcho más allá de la distancia,
por el único hueco
descubierto entre los versos,
por las últimas sombras del horizonte,
bajo la neblina espesa
que me sale al encuentro.

Cierro por ausencia total,
medio vivo y medio muerto,
más cerca del abismo que de los centros.
Cierro porque no resisto
las charlas con mi conciencia,
ni las alcobas vacías
con sus noches y fantasmas.

No soporto el temblor de mis huesos,
ni la carne derretida por el llanto,
ni la interminable y aciaga espera
musitando amor como un loco.
Me ha vencido el desaliento
y me duelen todas las palabras
que se me clavan por dentro.

Ya no tengo género para mercadear
y es tanto lo que dejo a deber
que prefiero cerrar por ausencia,
darle un esquinazo al destino,
marcharme al infinito y nunca volver.

(P.D)
Saldré sobre las siempre y media
desde la estación del silencio
que es cuando llega
la máquina de los malditos
para llevarse a los muertos
que todavía están medio vivos.








3 de marzo de 2009

PASAJERO SIN DESTINO




No podía dormir
y me levanté de la cama
decidido a tirar mis agobios
por la ventana.

Cuando la noche imponente
me dio de lleno en la cara,
flaquearon mis fuerzas todas
e impávido sentí
cómo la más grande
de las angustias inventadas
se colaba descaradamente
por mi corazón hasta las entrañas
sin que pudiera
hacer nada por evitarlo.

Me quedé clavado,
sorprendido por la vergüenza,
amordazado por la cobardía.
Ni suspirar, siquiera, me dejaron
las huestes compasivas
que también abandonaron
su morada que es la mia.

Desesperado, miré la luna
buscando, como siempre,
tu rostro reflejado
y se me reventaron los ojos
porque no te veía.

No sé si podré resistir
los envites del olvido,
ni que por decir adiós
se me haya secado la lengua,
ni me salga la voz,
ni ya endulcen mis labios.

No podré olvidar jamás
tu paso por mi vida,
ni encontrar la paz
que contigo se ha ido,
ni ése quiebro al destino
que ambos le hicimos
para inventarnos el nuestro.

No sabes cuanto me duele
haberme bajado del tren
a mitad del camino,
muerto de miedo y sin fe,
de espaldas como un cretino,
inseguro, sin motivos,
triste, torpe y malherido.

No sabes cuanto me arrepiento
de haber soltado tu mano,
de haber abandonado el viaje
hacia nuestros sueños,
de culpar a la distancia y el tiempo
mientras me rendía sin esfuerzo.

Ahora me acuesto bocabajo
por si me muero entrevelas
escarbar mas profundo, si cabe
hasta hundirme en lo siniestro
y pagar allí la penitencia
que aquí no puedo.

Deseo que se te escape
ese pañuelo que agitas
mientras te alejas,
que el aire me lo traiga
para envolver tu recuerdo
y, si algún dia regresas,

enarbolarlo como bandera
sobre esta misma tierra
en la que estoy clavado.

Posiblemente lograré dormir
cuando vuelvas, si vuelves
y ojalá, para entonces,
no me haya muerto
y tenga que lamentarlo de nuevo.

Mientras tanto, aquí te espero
lamiéndome las heridas,
bien atado a mis raíces,
viendo cómo pasa la vida,
-hostil destino cicatero
para tanta fortuna perdida-.