Sobre la locuacidad

...cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que tu silencio.

4 de enero de 2016

Un poeta para la Paz

(Manifiesto de POETAS DE HUELVA POR LA PAZ- Gibraleón-Huelva-30/12/2015)




Mil seiscientos cartuchos
del calibre siete setenta y dos…
¡cuantos, Dios mío…
son muchos!

Sobre el lecho de asfalto
tendido yace, con su frío,
el pobre poeta armado.

A pesar de su protesta
le colocaron sobre sus hombros
un arma para la guerra,
tres cargadores y una cesta.

-¡Vé a recoger semillas
de diablos negros y rojos!-

El pobre poeta lloró,
se enjugó los ojos,
cargó su arma
y ante una multitud perturbada,
impávido se descargó,
entre pecho y espalda,
mil seiscientos cartuchos
del calibre siete setenta y dos.

Solo murió uno…el poeta,
pero -¡Dios mío!- ya son muchos.
  
MSilván.



Paradero desconocido





Tierra de dos soles y dos lunas
donde habitan los dioses y los hombres.
Donde cada cual abre su turno
cuando al horizonte se le antoja,
espléndido, desperezarse temprano
para jugarse la vida con los sueños.
Donde las bandadas de jilgueros planean
sobre el blondo rompeolas de los trigales.
Donde susurra, liviano, el aire su pureza
para limpiarnos por dentro de miseria.
Donde crecen las amapolas y lavandas
con su natural albedrío y belleza.
Donde las aguas brillan sobre la tierra
en vez de por las mejillas  afligidas.
Donde hay una gran puerta de colores
para que acceda la noche agraciada
cuando sea que le toque.
Donde las estrellas y los ángeles
tienen su magnífica pista de baile.
Donde las musas pasean su palmito
para que los artistas la cortejen.
Donde los cestros y jazmines
derrochan sus efluvios a discreción.
Donde las sombras son sueños
esperando la hora para acostarse.

Tierra fascinante y hermosa
donde mi veterana figura
tiene su mejor poltrona,
donde convivimos en íntima soledad
mis desiguales aventuras,
una partida de versos inventados,
buena leña para el invierno 
una taberna para enredarme,
y muchos lienzos ya pintados.
Solo espero una mujer
para enamorarme
y que venga Dios
para llevarme.

MSilván

Dic.2015

Dejad la flor



Dejadla, por Dios, dejadla
seducir la flor
en su mañana.
Por Dios, no cortadla
que perfume el aire
desde su rama.
Dejadla, por Dios, dejadla
que reluzca la flor
en calma.
  
MSilván

Enero.2016 

22 de diciembre de 2015

No puedo evitarlo



Mírame como yo te miro.
Sonríeme como yo te sonrío.
Háblame como yo te hablo.
Óyeme como yo te oigo.
Susúrrame como yo lo hago
Espérame como yo te espero.
Camina junto a mí
para no perdernos nada.
Suéñame para tu destino.
Abraza mi almohada
como tu única esperanza.
Acude a mí, acurrucada
para zafarte de los miedos
impertinentes que te acucien.
Baila conmigo para siempre
esta danza de la vida.
Sella tu carta de libertad
y dásela al cartero del tiempo
para que no se pierda.

Si yo supiera donde estás
saldría raudo a tu encuentro,
como alma que se ha perdido,
para saber la figura que tienes
porque amarte, te amo
como si estuviese poseído,
pero aún no sé quién eres
y eso me vuelve loco…

No puedo evitarlo.

                                                                                                    MSilván.2016

4 de diciembre de 2015

Nada importa




No me importa la caída
aunque el daño me duela tanto.

No me importa el grito,
ni su contundencia,
ni el silencio maldito,
ni el desencanto,
ni la tristeza encadenada,
ni al quebranto que incide
mi conciencia obstinada.

No me importa la verdad ciega
ni las falsas palabras,
ni los consuelos resonantes,
ni la legítima defensa
que se agita y enfurece
dentro de mi corazón.

No me importa nada
que no sea tú entre mis brazos

Manuel Silván

4/11/2015

19 de noviembre de 2015

El sabor de mis besos


  Cuando el alba despunta 
y riega los campos con su aroma
... a eso saben mis besos.

Si tu pelo empapado de brillo
moja mi almohada...
a eso saben mis besos.

Una gota de tus lágrimas
bebida en los surcos de tu cara
... a eso saben mis besos.

Si la mar nos regala espuma
de nácar fresco...
a eso saben mis besos.

A madreselvas, rosas, claveles,
limón, canela, fresas,
manzanas, hierbabuena,
a perlas de miel en su colmena,
a las historias que cuentas.

Aromas de jazmines frescos
cuando la luna despierta,
...a eso saben mis besos.

A esperanza, escarcha y cielo,
biznagas de azahar, violetas y romero,
... a eso saben mis besos.

Saben mis besos a tu miedo,
a impaciencia y deseo.

Mis besos saben a tus besos
porque son un solo beso,
interminable y gentil,
lento y en silencio,
con los ojos abiertos
para vernos por dentro.

Mis besos tienen un profundo hueco
que hay que llenarlo pronto
no sea que se le sequen los huesos

Mis besos saben a tus besos
y muero en vida por beberlos.

¡Dame pronto, amor, tus besos! 



Manuel Silván
"Biografía del amor inmenso"
Huelva-2009


15 de noviembre de 2015

No puedes ocultarlo


La marea vaciante me ha dejado
sobre la orilla de tu distancia
un sentimiento que habías olvidado
entre tus palabras impacientes
y la brisa me entregó la fragancia
intensa de tu beso más delicado.

Los cogí entre mis miedos inconscientes,
allí sólo, sin tu anhelada presencia,
sabiendo ya que te habías enamorado
sin querer, de mis sueños impenitentes
y he decidido poner fin a tu ausencia
volando incontenible hacia tu lado.

Como lo sé, ya no puedes ocultarlo.
Has anudado tu amor al mío
y eres ya del mar, no del río.
Déjame repetirte hasta borrarlo

que al fin cayeron las cadenas del dolor
liberando el tiempo de los sueños
y ahora, ni tú ni yo, somos dueños
de nuestros destinos más que del amor.


Manuel Silván
...del libro "Biografía del Amor Inmenso"
Huelva- Abril/2009

14 de noviembre de 2015

Los viajeros del silencio




Con el ritmo del tiempo
cobra valor la vida
y se transforma al momento
en la bolsa de pensar.

Van cayendo lentamente las horas
-unas, otras y otras...y otras-,
los días, los instantes, los años...
Van cabalgando a lomos del silencio,
del aire hueco, de la nostalgia...
y quedamos nosotros, viejos.
No consigue librarse nadie.





Te asaltan el cerebro
ideas antigüas, necias, vacuas, pesadas...
Te machacan el corazón,
te hieren el alma, 
te queman la esperanza y las palabras.
Te queman por dentro y por fuera.
Te queman sin remedio. Te queman.

...ya quedamos pocos.
Todos vamos cayendo,
sea como sea, 
de cualquier manera.

Los viajeros del silencio
poco a poco vamos saliendo,
nos bajamos del vagón 
y ya para siempre quedamos fuera.


Manuel Silván
del libro "TIEMPO, intento de sonrisas copulativas" 
Huelva, (1980) 


13 de noviembre de 2015

Un día de invierno





Ha dejado de soplar el viento
con tanta fuerza
que parecía una maldición.

También el cielo ha recogido
su obscuro manto de nubes
como angustiosas pesadillas.

Mientras duró la tormenta
nadie brincaba por las calles
anegadas y solitarias.

Las cristaleras empañadas
permitieron dibujar con el dedo
algunos corazones atravesados
con su flecha enamorada.

Las bombillas parpadearon
al paso de los ángeles custodios
por la estancia mortecina.

En las tabernas se recogieron
los compadres para rellenar
sus botellas medio vacías.

Quienes tenían el amor al lado
aprovecharon para sobarse
escondiendo las manos
o se estiraron en el catre
alargando la coyunda un poco más.

No creo que a las iglesias
acudieran los parroquianos
implorando piedad,
ni que los alguaciles
salieran a distribuir
su particular inquisición.

Cada alcoba fue un refugio
para las almas asiduas
buscando a sus dueños.

Un espíritu sigiloso
fue borrando todas las huellas
olvidadas sobre las aceras.

Para nadie pasó desapercibida
el recreo de las musas
y su chaparrón de nostalgias.

Estas cosas pasan
cuando los dioses se distraen
y dejan de organizarnos la vida.



Manuel Silván 
del libro LOS PASOS HUECOS
Huelva/2012




12 de noviembre de 2015

Lienzos superpuestos


Los límites de tu mundo



Un intérvalo personal



Un café recién colado, la realidad.
Sentado en mi butacón de orejeras
miro el reloj de pared.

El tiempo, ese ladrón de vidas
y buenas intenciones,
me acecha impaciente
con su mutismo hipócrita.
Bueno, en realidad
solo lleva una hora esperándome.

Ahora tan solo me apetece
sorber mi café con deleite
y dejar fuera un gran intervalo.

Que se joda el tiempo.
De eso va la vida,
de todas las circunstancias intermedias.

Cruzo las piernas y una breve marea
mueve la superficie caliente
del negro líquido que me abstrae.
Supongo que son recuerdos.
No tengo muchos,
son más bien instantáneas,
unos pocos momentos
que vuelven una y otra vez, nítidos.
Con tanta nitidez que vuelvo a oler
aquellos olores o vuelvo a sentir
el sol sobre mi piel,
a pesar que sea de noche.

Siento, sobre todo, un sobrecogedor alivio.
Todavía pienso en esa instantánea,
de cuando en cuando.

Los sentimientos no cambian y,
de alguna manera,
me parece importante no perderlos,
pero la instantánea vuelve
una y otra vez a inundarlo todo.
Como presunciones que, se supone,
me guiarán hasta una nueva emoción.

¿Tienes alguna idea de qué estoy diciendo?
Yo tampoco, pero por un momento
pensé que la tenía.

Ahora sí. Me viene a la memoria
un verso de Tolstoi, creo:
“tropieza con lo bello,
haz el esfuerzo de entender,
sobrevive”…sin reparos, añado yo.

De eso va la vida,
de todas las circunstancias intermedias.
Que se joda el tiempo y espere.


Manuel Silván

Octubre-2015

8 de agosto de 2015

Metamorfosis del amor






(Soneto doloroso)



¿Qué fantasmas, tanto influyen en la cordura
que de la noche a la mañana y sin piedad
transforman el amor en amargura,
las palabras en puñales y los deseos en maldad?

¿Quién vende consuelo para tanta desolación?
¿Dónde brindan remedio para tanto desaliento?
¿Cuándo volverán los latidos a mi corazón?
¿Qué hacer para volver a sentir, que ya ni siento?

¿Cómo puede salir espantado tanto amor,
sin advertencia alguna, ni explicación...?


Manuel Silván
7/8/2015

22 de julio de 2015

La luna sigue durmiendo






¿Acaso no habéis advertido
que ahora la gente anda de espaldas?
¿Sabéis porqué al despertar,
los sueños ya no endulzan la vida?

¿Podrían decirme desde cuando
las miradas dejaron de hablar?
¿Conocéis de alguna flor nacida
en medio del valle asfaltado?

…eso es porque la luna
prefiere seguir dormida.



Manuel Silván – 22/7/2015

21 de julio de 2015

Con un latido prestado



Ya no amanece mis días
sin el aroma de tus suspiros
junto al temblor de mis labios,
sin la suavidad de tu piel
distraídamente rozando la mía,
sin los bucles de tu cabellos
sorteando entre mis dedos.

Ya no vuelven las mañanas
silenciosas de besos soñados,
sin el pestañear a la vida,
sin el mirar silencioso  
de tus ojos nobles enmelados,
sin la terneza de tus caricias
rebuscando entre mis dedos
los galanteos sobre tu espalda.

Ya no funciona mi corazón
sin tu latido prestado,
sin tu boca a boca necesario,
sin el ánimo de tus palabras,
sin las razones para desearte,
sin el deseo de amarte,
como si estuviese condenado
a respirar con tu aire,
a beber solamente de tus labios,
a caminar siempre a tu lado.

Ya no amanece nunca
sin la tibieza de tus suspiros,
sin cosas que hacer
como si todo lo hubiese olvidado,
con el reloj de la cordura
sobre la mesita parado,
con los cuadros de siempre
vueltos de revés castigados.

Ya, cada día, es comenzar de nuevo,
mirar con los ojos cerrados
para no tropezarme con la tristeza,
para seguir viviendo en los sueños,
para escaparme del peligro
que corro cuando camino solo,

Para mí, cada día, amanece sagrado  
y no reparo sonrojo, ni baldón
poner voz y grito a mi razón
de hacerlo con un latido prestado.

Manuel Silván

21/7/2015

7 de julio de 2015

Del lecho al techo




Mi cadalso protesta
porque tardo demasiado
en alimentarle la cuerda.

Me da la impresión
que anda sobornado
por alguien que me detesta
y camina disimulando el pisotón
como quien recoge mierda
sin saber dónde está el mojón.

Yo, como si en la materia
discurriese mucho,
presiento que algo
se trama por aquí
y sin estampa de cabrón
-acá, ni entro ni salgo-
de carne ni tierna ni tersa
procedo como dicta mi cabeza
que piensa sin razón
y aunque no pueda evitarse,
es más propio del inocente
pasar como quiera la gente
que como lerdo simplón.

…como dice la moraleja:
“no es más listo el listón
que a la verdad falsa place,
como el carnero sin pelleja
que en cama gozada yace
pues más bien lo disfruta
el tonto baboso y lirón
que sin alardes se comió la fruta
y dejó la monda dentro.

Mire pues quien mejor calienta
las telas de su aposento,
el cabrón con su cornamenta
o el tonto con su talento.

Cada cual lo suyo debe saber
pues es mejor conocer
la verdad del cuento
que no servir de mofa y escarnio
por no haber estado atento.

Manuel Silván

6/7/2015    

El sentido de la vida