Yo nunca fui así.
Cada vez que soñaba bonito se me terminaban las alegrías con
la nueva luz de alba.
Nunca tuve la oportunidad de mantener mucho tiempo el calor
recogido durante la madrugada bajo el cobijo de mis pensamientos ilusionados.
Siempre creí que la vida era así porque nunca me enseñaron
otra cosa que la monotonía de subsistir a cambio de un buen plato de
complacencia idealizada.
Nunca tuve quien me cogiese de la mano para enseñarme la
vida desde el amor sino que me la dieron para ganarse la seguridad de una
compañía confortadora y agradecida. Todo por un puñado de besos templados al calor
de la gratitud. Nada más que huecos vacíos a mi alrededor. Ausencia total de
todas las cosas que alimentan el corazón para sentirse amado.
Ahora, será que se marchan los fríos, parece que me siento
mejor. Debe ser que algún sueño se habrá olvidado de recogerse por la mañana y
anda suelto por la vida buscando mi mano para quedarse.
La verdad es que no me importaría empezar a ser feliz ya que tengo la
oportunidad.
También puede ser que me caducara el tiempo de madurar
imbecilidades para destripar imaginaciones y ahora con el calor reconfortante
de tu presencia se me haya despertado el instinto natural de los locos ante la
transfiguración de los sueños. Todo puede ser, pero te aseguro que me gusta
mucho esta nueva situación y que voy a seguir cogido de tu mano porque me haces
muy dichoso.
Yo nunca fui así, pero ahora que se marchan los fríos voy a
dejar atrás tanta incertidumbre y voy a caminar contigo, princesa, porque tu
abrazo me reconforta y haces que me sienta enamorado de ti.
Ahora me he dado cuenta de la sabiduría que tienen las aves
con su libertad de nacimiento, como cuando cambian de aires buscando tempero
ahora que se marchan los fríos…desde esta mañana he decidido que quiero volar
contigo.
Manuel Silván
6/3/2015
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