Mañana, hoy ya, es viernes trece,
como cualquier día del calendario,
que no es malo, pero lo parece
aunque dentro del común
diario
haya quien busque encomienda
para fecha tan ceñuda y suscrita,
aunque sepa lo sucinto y entienda
que ninguna palabra es tan maldita
como entender lo que se quiera
que a bien se use y nos convenga
ya para que de la misma manera
pueda hacerse valer como útil renga
o moneda suelta en los bolsillos,
siendo presa de maléficos empeños
tanto como broma de chiquillos
cuando se les mete algo en los ceños
que no habrá quien a bien te la quite
cuando toquen a seso
perdido,
o la borrachera cuando te cite
medio despierto, medio dormido...
No conviene atañer a viernes trece
porque cuanto más te duela
por fuera, más agrio crece
y por dentro, menos te consuela.
Así que para dormir sin inmutarse
conviene de viernes trece, ni acordarse.
Manuel Silván
13/3/2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios alimentan mi sabiduría